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¿Qué sabes sobre la neuroarquitectura?

 

¿Te has dado cuenta de que en función de como se distribuye y decora un espacio nos genera una sensación u otra? En otras ocasiones te hemos hablado de cómo usar el diseño de ciertos espacios, como por ejemplo una zona de estudio, para mejorar la concentración. Hoy, te hablamos de la rama de la arquitectura que se encarga de diseñar espacios que mejoren el bienestar de las personas; la neuroarquitectura.

En Behind Pictures estamos convencidos de que los edificios y espacios pensados a partir de la neuroarquitectura, tiene la capacidad de mejorar el estado de ánimo de las personas. Por eso, hoy queremos contarte todas las ventajas y beneficios que aporta en la vida de las personas, ¿nos acompañas?

Neuroarquitectura: una fusión de neurociencia y arquitectura

Como ya te habrás imaginado, la neuroarquitectura se encarga de estudiar cómo percibimos todo lo que nos rodea. Cómo el entorno consigue modificar nuestro estado de ánimo y emociones.

Por este motivo se nutre de la experiencia y conocimiento de la arquitectura y la ciencia. Juntas, estas dos disciplinas consiguen agrupar todas las sensaciones que los diferentes entornos nos provocan y convertirlas en datos medibles y objetivos.

La neuroarquitectura intenta encontrar la manera de reinventar los espacios en los que más tiempo pasamos. De esta manera, los convierte en entornos que nos ayuden a aumentar nuestra felicidad, calidad de vida y, donde sea necesario, productividad.

Que la arquitectura es una experiencia, es algo que ya sabíamos. Y es que desde el principio hemos intentado que los edificios donde vivimos sean agradables y acogedores. La diferencia es que ahora podemos estudiar las emociones y sensaciones desde un punto de vista objetivo.

Así pues, es importante no confundir lo que sabemos por experiencia con la neuroarquitectura, que se ha investigado de forma consciente y con buen criterio.

¿Cómo afectan las construcciones y los espacios a las emociones?

Este concepto de neuroarquitectura se remonta a los años 50, cuando Jonas Salk, el biólogo inventor de la vacuna contra la polio se encontraba trabajando en este ambicioso proyecto en un laboratorio ubicado en el sótano de la Universidad de Pittsburg.

Encontrándose estancado en sus investigaciones, decidió abandonar el laboratorio y pasar una temporada en Italia, en el Convento de San Francisco de Asís (s.XIII). Allí quedo fascinado por la belleza y paz que transmite este edificio, y las ideas volvieron a fluir con más creatividad que nunca.

Al volver y conseguir crear la vacuna contra la poliomielitis, Salk estaba convencido de que la arquitectura del convento había sido el detonante para que su imaginación se volviera a poner en marcha. Por eso, años después encargó construir el Instituto Salk, diseñado para estimular la creatividad de los que trabajaran en él.

Para nosotros, este es un ejemplo clarísimo de cómo el entorno nos afecta anímica y emocionalmente. Un espacio como puede ser un colegio debería pensarse para estimular la creatividad de los más pequeños, y las habitaciones de un hospital deberían calmar, ya que tienen un impacto directo en la salud. Estos ejemplos son ideales para entender la importancia de la neuroarquitectura.

¿Qué beneficios puede proporcionar para reducir los efectos del estrés de la COVID-19?

En un país como España, en el que hacemos mucha vida fuera de casa, la pandemia y el confinamiento nos obligaron a redescubrir nuestros hogares.

Está claro que hemos descuidado la calidad de nuestro hogar, y es imprescindible que tomemos consciencia de la importancia de crear entornos armónicos que nos den paz y bienestar.

La pandemia ha puesto en el punto de mira la neuroarquitectura, y ha supuesto una autentica revolución en la manera en la que queremos sentirnos en nuestro hogar.

Así pues, los edificios creados a partir de la neuroarquitectura ayudan a reducir los niveles de estrés y ansiedad, estén producidos o no por la Covid-19.

¿Cuáles son las claves de la neuroarquitectura que hacen de una construcción un espacio ideal?

Si bien es cierto que no hay dos espacios iguales y que un proyecto de neuroarquitectura exige un estudio en profundidad, hay algunas pautas generales que se han demostrado como básicas para favorecer el bienestar de las personas que habitan ese espacio.

  • Zonas verdes: Está demostrado que estar en entornos naturales mejora el bienestar y disminuye drásticamente los niveles de estrés y ansiedad. Las zonas verdes y la presencia de plantas en el interior ayudan a despejar la mente y mejorar el estado de ánimo.
  • La altura del techo: Diseñar un espacio de techos altos favorece la creatividad y la imaginación, por lo que son ideales para espacios artísticos, mientras que los techos bajos incrementan la concentración y dan seguridad para conciliar el sueño.
  • La iluminación: Como siempre, la luz natural crea entornos mucho más amables y favorece la concentración, por eso es un elemento fundamental en los proyectos de neuroarquitectura.
  • Elementos arquitectónicos: Así como los espacios de planta cuadrada nos generan sensación de encierro, los ángulos suaves y los espacios rectangulares nos dan seguridad y confort.
  • Los colores: De la psicología del color hemos hablado muchas veces, y como no podía ser de otra manera, también es un elemento básico de la neuroarquitectura.
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